Climatología en el Valle de Puebla

Aunque el interés del presente estudio se enfoca al análisis del clima en el área de estudio, es necesario ubicarlo en diferentes escalas de espacio y tiempo, para entender, así sea de manera esquemática, la relación de los diferentes mecanismos y factores que lo determinan. Este marco es indispensable para poder distinguir los efectos locales de los demás factores.

El ciclo anual en el altiplano mexicano se divide en dos períodos: seco y húmedo, aunque algunos autores hacen mención a los períodos frío y caliente del año. Entre las fechas equinocciales —de marzo a septiembre—, nuestro hemisferio recibe una mayor cantidad de energía y se percibe con el alargamiento paulatino del día y el incremento de las temperaturas. En el siguiente período estas condiciones se presentan de manera inversa, disminuye la duración del día y descienden las temperaturas. Además de este fenómeno, otro factor importante que determina las condiciones específicas del clima en las diferentes regiones del planeta son los mecanismos de distribución de la energía. La zona ecuatorial recibe una cantidad de calor mayor que las regiones polares, condición que pone en marcha una compleja maquinaria de intercambio de energía a la que se denomina circulación general de la atmósfera. En ésta se advierte la participación de otros factores, entre los que cuentan el efecto de rotación terrestre o Fuerza de Coriolis, la distribución de las masas continentales y sus dispositivos orográficos, la distribución de las masas oceánicas, etc.

Frentes fríos y Ondas tropicales por mes en el Valle de Puebla

En el marco de este mecanismo de circulación, nuestra región de estudio se ubica en la franja conocida como cinturón de los alisios, entre la Zona Intertropical de Convergencia y la línea de subsidencia o faja subtropical de alta presión; el desplazamiento de éstas al norte o al sur —por el efecto de inclinación del eje terrestre en principio—, determina las condiciones generales a que estará sometida toda la región central de México.

Las características generales de los dos períodos fueron descritas por Enriqueta García (1965:67-76) de la siguiente manera:

  • Durante la mitad caliente del año, con el desplazamiento hacia el norte de la zona subtropical de alta presión, la zona de los alisios aumenta en intensidad, latitud y altura, por lo que prácticamente todo el país queda bajo la influencia de los vientos que soplan con una dirección original de NE a SW en superficie o de este a oeste en las alturas, recogiendo humedad del Golfo de México. La parte más austral de la República queda bajo la influencia de la zona intertropical de convergencia que se desplaza también hacia el norte en esta época.
  • Durante la mitad fría del año, tanto la faja subtropical de alta presión como la zona de los alisios se desplazan hacia el sur, dominando los vientos del oeste en el norte y en las partes altas de la atmósfera de la porción central del país. La Altiplanicie Mexicana y las montañas que la rodean, debido a su gran altitud, interceptan la base de la zona de vientos del oeste que son característicos de las latitudes medias. Estos vientos, especialmente en las alturas, son considerablemente menos húmedos que los alisios, e imprimen al aire la sequedad característica que predomina en la mayor parte de la República Mexicana durante la mitad fría del año. En invierno, los vientos del oeste acarrean dentro en su corriente algunas de las perturbaciones propias de las latitudes medias, como vórtices fríos y depresiones ciclónicas, que afectan las condiciones climáticas del norte del país y en ocasiones a las de la Altiplanicie Mexicana.

Con la finalidad de asociar los datos locales con las observaciones de la dinámica atmosférica a través de los mapas sinópticos de la Región IV —en que se presentan los sistemas que tienen efectos sobre la República Mexicana y puntualmente sobre nuestro espacio de estudio—, se hizo un seguimiento y análisis de los meteoros, complementando la información anterior con imágenes de los satélites geoestacionarios de la serie GOES(1), de cuya plataforma se obtienen datos en las regiones del visible al infrarrojo, así como de vapor de agua, que se emplean para procesar y enfatizar los sistemas meteorológicos que están presentes en el momento de la toma de la imagen.

Además de los sistemas atmosféricos de mayor relevancia, incluimos fenómenos de menor escala cuyos efectos son perceptibles en la evolución de las condiciones locales. En la Tabla 1 se presentan los datos de ocurrencia mensual de los diferentes sistemas y fenómenos observados en el año 2007.

Se diseñó un procedimiento para observar el efecto de los fenómenos atmosféricos sobre las condiciones locales, que consiste en asociar una tabla de frecuencia de los eventos atmosféricos con los datos graficados de las variables meteorológicas más significativas (temperaturas máximas y mínimas, y precipitación diaria) para los meses de abril, septiembre y diciembre de 2007, se anexa también una de las imágenes procesadas.

Temporada seca en el Valle de Puebla Temporada seca
Temporada húmeda en el Valle de Puebla Temporada húmeda

Temperatura

La temperatura es el elemento climático en el que se ha observado una relación más directa con las propiedades de la cobertura superficial, las diferencias térmicas presentes en cualquier espacio geográfico corresponden normalmente a la diversidad del tipo de suelos, vegetación o espacios edificados. Aislando las diferencias de altitud —cuya influencia en la temperatura está bien establecida—, se puede considerar que toda modificación de las condiciones superficiales tendrá una respuesta térmica inmediata.

Se ha trabajado en dos campos: por una parte se han recolectado los datos meteorológicos de las estaciones de la Red Automática de Monitoreo Meteorológico (RAMM), complementados con información mensual de otras estaciones ubicadas dentro y en la proximidad del área de estudio; y por otra parte, se ha trabajado en el procesamiento de imágenes satelitales de las plataformas AVHRR, LANDSAT y ASTER para estimar la temperatura superficial en las fechas correspondientes a su captura y mejorar la resolución espacial de los datos meteorológicos.

Se calcularon los promedios mensuales de las temperaturas y lluvia acumulada, así como los valores extremos de temperatura y lluvia máxima en 24 horas, se revisó la coherencia de los datos tomando en cuenta la marcha anual de la temperatura y la marcha anual de la lluvia comparando gráficamente los datos registrados en estaciones cercanas.

 

(1) Se emplearon imágenes proporcionadas por las Universidades de Wisconsin y del Estado de Washington, a través de de sus direcciones www.ssec.wisc.edu/data y www.atmos.washington.edu/data.

Referecias

  • García de Miranda, Enriqueta (1965). Distribución de la Precipitación en la República Mexicana, Publicaciones del Instituto de Geografía ‐ Boletín del IG‐UNAM. Nº 50. México.
  • EDESOL-CONAPO-INEGI (2004). Delimitación de las Zonas Metropolitanas de México.
  • EDESOL-CONAPO-INEGI (2004). Delimitación de las Zonas Metropolitanas de México.